En la actualidad se habla mucho de igualdad, pero no se están poniendo en marcha medidas pragmáticas para resolver los problemas de las personas cuidadoras, la gran mayoría mujeres. Cuando se niegan los derechos de las mujeres cuidadoras se impulsa la discriminación por sexo, además de ponerlas en un estado de indefensión que les ocasiona graves perjuicios tanto económicos, como morales, pero no parece importarle a NADIE.

Las personas cuidadoras nos dividimos en dos grupos:

• Personas cuidadoras por cuenta ajena con contratos precarios (escasa remuneración, horarios extraños en muchos casos y escasos o nulos derechos laborales) y en ocasiones sin contrato.
• Personas cuidadoras de familiares dependientes (sin reconocimiento, sin derechos, con horarios de 24 horas, con deterioro de la propia salud en muchos casos, sin pensiones, sin bajas… sin nada).

No solo se ha incumplido reiteradamente la Ley de Dependencia, sino que se ha negado a quienes ayudan a las personas dependientes sus derechos más básicos a pesar de ser quienes sostienen el sistema económico actual.

¡VULNERAR LOS DERECHOS DE LAS MUJERES CUIDADORAS

es también VIOLENCIA DE GÉNERO!